Poema de Pepe

Me gusta verte,
árbol centenario
lleno de brotes y ramos
como si fueses
todavía adolescente

Enséñame el secreto
de envejecer así...
abierto a la vida,
a la juventud,
a los sueños, como aquel
que sabe que juventud y vejez
no son más que etapas
para la eternidad

Pepe Pbro.


miércoles, 7 de octubre de 2009

Conversión

Desde que comenzó la andadura del Blog se ha pretendido que sea un lugar de encuentro de aquellos que crecimos en la Fe junto a D.José, junto a nuestro querido Pepe. Mucho aprendimos en aquellas Oraciones de los Viernes, en los Retiros y en las Misas vividas junto a él.

Queremos que el Blog sea también un lugar que nos ayude HOY a vivir nuestra Fe. Para ayudarnos a ello podemos acercarnos al Evangelio que cada Domingo se proclamará en la Eucaristía, a tal fin se ha creado un acceso directo dentro del Blog. En breve queremos contar también con una "reflexión" o "comentario" que nos ayude a meditar la Palabra de cada Domingo. En esta línea viene también lo que publicamos esta semana en el Blog. Se trata de una breve homilia de D.José relativa a la "Conversión". Aunque tiene ya unos años, seguro que su lectura y su meditación nos ayudan para nuestra vida de hoy.



"CONVERSIÓN

Se trata del acontecimiento a través del cual el hombre, apartado de Dios, renuncia a si mismo y a su propia orientación en el mundo, y se sitúa o se ve situado bajo la dirección y la providencia de Dios.
La Biblia la considera como un retorno a la fe, como un cambio de vida.
La meta última de la conversión es la vida con Cristo.
La conversión es un acto de obediencia, una respuesta del hombre a Dios que le interpela, una aceptación del ofrecimiento divino de la gracia; juntamente con esto, el hombre deja aquellas cosas a las que hasta ahora se aferraba.
En cuanto respuesta a una llamada, la conversión es además y ante todo un “volverse hacia” (lo principal), no un “apartarse de” (secundario).
En todo caso, la nueva vida con Jesucristo tiene más valor que la vida anterior en tinieblas. (S. Agustín: “con tanto pensar en los pecados, no das gracias a Dios por los bienes recibidos”). En otras palabras: lo que impulsa al hombre hacia la fe no es el temor al juicio de Dios, sino el conocimiento del amor de Cristo que sobrepasa toda medida y que atrae irresistiblemente al hombre y lo arrebata. Es así como la conversión se sitúa bajo la clara luz de la alegría.
El proceso de conversión es obra del Espíritu Santo, por lo que no se pueden establecer reglas, ni con respecto a su duración, ni en relación con el momento en que tiene lugar".

2 comentarios:

  1. Hoy intentaré aplicarme esta reflexión. De tanto pensar en los pecados, no me da tiempo en darte gracias, Señor.

    Eduardo

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  2. Cuanto cierto en esas palabras. Nos apartamos en nuestros egoísmos y miserias, sin recordar todo lo bueno que Él nos da. Yo también intentaré acordarme de Ti Señor más a menudo y pediré porque el Espíritu Santo me iluminé.

    Alejandro M.

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