Adviento es un tiempo de meditación y de redescubrimiento de la Palabra de Dios, que es la fuente de la verdad y la esperanza. La música puede tocar los corazones de los creyentes y la apertura a la contemplación, a fin de que puedan cantar su fe. Aún más en la temporada de Navidad, la meditación de la Encarnación puede transformar la luz en la contemplación del misterio de la Redención. La Litúrgia nos puede ayudar a entrar a todos nuestros corazones en esta celebración. No hay nada más hermoso que la espera para cantar en el mundo y la alegría de que la Palabra se hizo carne, haciendo la interpretación de la oración de la Iglesia y los deseos del corazón de cada hombre.
Mons. Marco Frisina
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